Noviembre 2014
por Bernat Daviu (Passatge Studio)

HIMMELSRICHTUNGEN

Hace unos días, en una búsqueda de esas que se hacen en Google (empiezas con un objetivo y al cabo de un rato ya te has perdido en mil ramificaciones, olvidando completamente lo que ibas a buscar), me encontré con un regalo de nombre Himmelsrichtungen.

Se trata de una obra del mítico Blinky Palermo (1943-1977) instalada en el Poblenou, concretamente en el conjunto arquitectónico formado por la Torre de las Aguas del Besós y la antigua Casa de las Válvulas. El nombre, que significa Puntos Cardinales (1) en alemán, es una pieza que consta de 4 grandes paneles de cristal pintados por detrás con abundante textura –hay uno negro, uno amarillo, uno rojo y uno blanco. Estan situados diagonalmente sobre las esquinas de la sala, sujetas con una bigas de hierro que siguen la misma dirección. La obra es un magnífico ejemplo para observar el cambio de paradigma que la pintura moderna vivió en los años 60; una época donde el virtuoso gesto del artista o la obsesión por la autonomía del cuadro dejan paso a una práctica pictórica basada en la relación directa con el espacio arquitectónico que lo envuelve e interesada en materiales y procesos industriales.

Originalmente realizada para la XXXVII Bienal de Venecia del año 1976, la pieza fue reconstruída en Barcelona el año 2002 para la exposición del artista en el MACBA, en una nave justo al lado de la panadería/cafetería Mistral de la calle Amat. Desde marzo de 2014 Himmelsrichtungen se puede visitar los fines de semana en el nuevo emplazamiento de Poblenou. El edificio está gestionado por el Archivo Histórico del barrio, hecho que se evidencia cuando uno se da cuenta de todos los pósters y carteles que cuelgan en las paredes de la sala refieriéndose al pasado de este lugar, y con los que hay que reñir para intentar observar la obra tal y como fue concebida originalmente.

No muy lejos de Poblenou, al lado del parque de la Ciutadella, se puede visitar Blueproject Foundation hasta el 23 de noviembre la obra de otro alemán. Wolfgang Laib produce instalaciones, objetos y dibujos minimalistas a partir de substancias naturales; un cuadrado amarillo en el suelo hecho con polen, una pequeña base rectangular de mármol con leche encima o granos de arróz esparcidos alrededor de las esculturas forman parte del repertorio de esta exposición.

En el caso de que no os hayáis perdido en el “más allá” con la trascendencia espiritual del señor Laib, podéis dirigiros a la casa de otro Wolfgang (Goethe Institut) para concluir esta ruta alemana. Allí encontraréis una exposición con una gran variedad de obras que establecen, en diferentes grados, una relación con la figura de Johan Wolfgang von Goethe. El día de la inauguración se pudieron apreciar una serie de performances. En una de ellas la artista Anna Dot nos deleitó con una lectura en alemán de fragmentos del libro Goethe zum Vergnügen (Goethe para entretenerse), interrumpidos de vez en cuando por lo que parecían llamadas y otros tipos de comunicaciones externas. Además de la obra de Dot, representada con otra pieza en la exposición, también se pueden ver las pinturas de Matías Krahn, una maqueta de Alicia Framis, el Good Boy Bad Boy de Bruce Nauman, el proyecto de Joan Fontcuberta en Cal Trepat (Tàrrega) o los pósters incendiarios de Jenny Holzer. Y claro, no podían faltar los artistes alemanes, entre otros Hanne Darboven, Hans Peter Feldmann, Jan Mech o John Bock.

Y con esta presencia alemana en Barcelona acabaré la ruta antes de volver a liarme con búsquedas en internet; este texto podría derivar en la historia de nunca acabar.

(1): El título de la obra ha sido traducida de diferentes formas: Puntos Cardinales, Puntos Ordinales, Los Cuatro Puntos Cardinales y Direcciones del Cielo.

Texto de Bernat Daviu (Passatge Studio) para GRAF