Septiembre 2014
por Caterina Almirall (El Passadís)

Todo empieza con un mapa. El mapa debería servir para orientarme, para organizarme, para no perderme, no perderme nada, que empieza la temporada en las galerías de Barcelona. La ruta no es errática, pero sí un poco frenética. Antes de empezar, el mapa se ha inundado de café. El amigo que me acompaña en la ruta, el que ha tirado el café cobre mi mapa, está muy contento con la expo de Jonathan Millán en Estrany – De la Mota. Miramos las posturitas que hace Jonathan sobre la balsa, reímos, y nos sentimos identificados con sus dramas adolescentes. En otros lugares vemos cosas que no nos gustan tanto, las criticamos y nos vamos con un golpe de puerta, ha! Cojo un mapa nuevo y vuelvo a empezar. Bajo unas cuantas calles y empiezan a pasar cosas, ya sabes qué quiero decir. Se han acabado las rebajas y todos van como locos a buscar la última novedad, o más bien dicho la próxima tendencia. Estan cansados de ser emergentes, pero ya que se lo proponen, van. En la tele ha salido la noticia y dicen que lo que se quiere es dar una oportunidad a los jóvenes y estas cosas que quedan tan bien. La Luz Broto, como siempre, juega con nosotros, nos hace dar la vuelta. Se me rompen las gafas de sol en la puerta de ADN pero pienso que está bien que haya ganado el premio. Pero, ¿qué venden en esta galería? En la Cyan gallery hay una planta de verdad, barcos de porcelana y cassettes de Aziz que es una estrella del pop búlgaro que hace una música que se llama turbo folk, es un travestido por el amor del cual se pelean la mafia, los nazis homófobos y los homosexuales… como para perdérselo. En EtHall, mira que es pequeño, pero tardo un rato hasta que lo veo,                       ... Cuando salgo los ojos  me hacen chiribitas. Al final de la calle Joaquín Costa hay una pancarta que dice que el Raval no está en venta, que está de fiesta. Será porque ya han vendido el barrio, ¿no? Hace tiempo que lo vendieron, si no pregúntale a los del MACBA, que ahora hacen una exposición sobre monumentos, quiero decir, de nonuments (nonumentos). Es una palabra bastante ridícula pero entro en la Capella dels Àngels, leo la hoja de sala… “los monumentos esconden cierta apropiación del espacio colectivo…” me parece una frase muy blanda para constatar que, efectivamente, quien la escribe se ha olvidado del archiejemplo que tenía delante de sus narices! Mery Cuesta, quien aparece en una tele hablando, dice que escuchó decir a alguien que “el bronce es la plastilina del poder”; también lo son las plazas y los museos de mármol, el puerto y las Ramblas. Miquel García quiere que hagamos reuniones en la galería Àngels Barcelona donde ha dispuesto todo de sillitas blancas bien ordenadas, pero decidimos hacer la reunión en casa, total, tengo las mismas sillas de IKEA en el comedor. Los de BAR han hecho una presentación de los nuevos residentes de la temporada, y han hablado de brujas, fantasmas y videntes, un poco de aire fresco. Los de Art Nou también han hecho una charla, pero hemos acabado dando vueltas a las mismas preguntas que nos hacíamos la pasada temporada, resulta más inquietante que los fantasmas y las brujas. ¿Una galería te hace más libre que una convocatoria pública? ¿O es al revés? ¿Somos demasiado dependientes de los “públicos”? ¿Somos precarios? ¿Somos libres? ¿Somos artistas? ¿Somos Barcelona? ¿Vivimos del aire? ¿Tienes un padre rico? ¿Ya has emigrado? ¿Cómo ha ido el verano? ¿En qué estás ahora? Bueno, yo busco trabajo, y yo tengo un currillo de vigilante de salas en el MNAC, pues yo trabajo en Desigual, tío. Barcelona es pequeña pero la agenda es infinita. Cuando la vuelvo a mirar, la agenda, ya se ha vuelto a llenar. Bendita vuelta al cole, se estaba bien de vacaciones, pero pronto ni nos acordaremos. Por cierto, hablando de mapas y aprovechando la inercia de esta maratón cultural he pasado por el Renoir a ver la de Houllebecq, que los miércoles ponen a la entrada a 3€. Se ve que lo secuestran. Este escritor francés es un personaje bien desagradable, no creo que nadie realmente quisiera pagar su rescate. Pero hace un año escribió un libro que se decía El mapa y el territorio.

Texto de Caterina Almirall (El Passadís) para GRAF