Diciembre 2017
por Raquel Herrera

20 de diciembre de 2017

¿Las calles serán siempre nuestras?, me preguntaba cuando lo coreaban una y otra vez en las manifestaciones suscitadas por la brutal intervención policial (más de un millar de heridos) contra el referéndum de independencia catalán.

Este otoño, las calles barcelonesas se han llenado de banderas antagónicas ondeadas por multitudes crecientes cuyo lento avance suponía un éxito de asistencia, al tiempo que otros espacios, las redes ultraveloces, facilitaban el choque de relatos incorpóreo pero no indoloro, bajo la vigilancia primera de helicópteros zumbones, y la amenaza segunda de tener que identificarse en línea.

¿Cuál es la velocidad del arte en este contexto? ¿Cuál puede ser el papel de los espacios GRAF, entre el runrún del cielo y el pataleo del suelo, atravesados por el enésimo tuit y el enésimo whataspp que imposibilitan la equidistancia?

Como es costumbre, el inicio del otoño había supuesto un batir colectivo de alas para mostrar multitud de propuestas artísticas: de hecho, la clausura de la Barcelona Gallery Weekend coincidió con el referéndum del 1 de octubre. Interesaría conocer el balance: ¿cuántas rutas se celebraron?, ¿cuántas se cancelaron? ¿De quién son las calles en este impasse de gobiernos que se repelen, de antítesis propagandísticas y víctimas propiciatorias?

Mi escritura flaquea ante una incertidumbre que no promete resolverse en las elecciones inminentes. ¿Qué pasará(n)? El día después, cuando menos, asusta, por lo que en esta ruta propongo reencarnar nuestro particular angelus novus benjaminiano: miremos mientras podamos, volvamos la vista, mientras nos dejen, hacia el futuro de las interpretaciones de la historia.

Por ello, destaco las siguientes propuestas como posible prescripción postpolítica:

En las calles:

Fernando Vijande: Retrato: 1971-1987> Fundació Suñol (co-organizado por la fundación y José Luis Alexanco): los esfuerzos galerísticos de Vijande para promover a artistas españoles, precisamente en décadas de cambio como fueron la de los estertores de la dictadura, y los primeros años de euforia cultural socialista. Si Vijande destaca por haber llevado al Guggenheim neoyorquino la muestra New Images from Spain (1980), no puedo evitar especular sobre cuáles serían esas “nuevas imágenes” en una hipotética muestra realizada por ejemplo en 2020.

Barcelona vista del Besòs> La Virreina Centre de la Imatge (Patrick Faigenbaum y Joan Roca, comisariados por Jean-François Chevrier y Jorge Ribalta): narración fotográfica, urbana y reciente (1999-2007) desde espacios considerados como “periféricos”. Me pregunto qué piensan los objetos y sujetos de estas imágenes respecto a la profunda disensión del actual centro urbano y político. ¿Se sienten identificados, o guardan, aún más, las distancias?

En las redes:

Alternar entre las conferencias La revolució que ve, i Les il.lusions perdudes, que tuvieron lugar en La Virreina Centre de la Imatge el 17 y el 9 de noviembre de 2017, respectivamente.

El encuentro La vida de les històries. El testimoni filmat, que ha tenido lugar en la Fundació Antoni Tàpies el 12 de diciembre de 2017, dentro del seminario internacional The life of stories. The filmed testimony.

Estas dos últimas me permiten conectar con una proposición que transita entre las calles y las redes: StoryData es un colectivo de mujeres periodistas que, para su nuevo proyecto #RelatsOberts1o, recoge, a través de las redes sociales, vivencias que les permitan construir un relato visual sobre lo sucedido el 1 de octubre.

Tras estas sugerencias, concluyo preguntando: ¿Qué puede aportar el arte a estas calles a veces ruidosas, a veces silenciadas, a veces nuestras, a veces ocupadas, pero sin una k que las desvincule del discurso oficial y su despliegue contrahegemónico?

Texto de Raquel Herrera para GRAF. Raquel es profesora, investigadora y traductora de Comunicación Digital Cultural.