Noviembre 2019
por Margot Cuevas

What if the one that got away came back

 

Vuelve un año más el Gallery Weekend en Barcelona, ​​esta es su quinta edición, y ya volvíamos a necesitar un poco de adrenalina tras la rentrée de septiembre con Art Nou. Llena de propuestas y actividades para ver, voy a coger un café de esos buenos para mirar el mapa de todas las galerías y pensar en una ruta posible. No sabría por dónde empezar. Quizás por el dormitorio de la Casa Vicens.

«Escamas» es la exposición comisariada por Susana Corchia en la Casa Vicens donde seis obras de varios artistas representados por las galerías participantes habitan durante un mes la arquitectura de Gaudí; quien no quisiera. La sintonía de materiales como el hierro, la madera, la cerámica o la piedra confluyen entre las obras y la casa, un diálogo matérico casi camaleónico. Las paredes abrazan y acogen los trabajos de Jean Denant, Maria Pratts, Francesco Arena, Vanesa Muñoz, Marc Larré y Jordi Mitjà. Es quizás en el dormitorio principal de la casa donde se materializa este abrazo con la obra «Monumento precario con obras inhabilitadas» de Jordi Mitjà, donde las piezas de hierro zincado entrelazan como dos enamorados. Me pregunto cuántas cosas habrán visto estas paredes, cuántas abrazos, cuantas conversaciones, cuantos momentos felices y no tantos. Salgo de la casa Vicens con una sensación de calor y ternura, creo que necesito más café.

Pensando en el tiempo y la memoria que guardan las escamas de la Casa Vicens voy a hacia Hospitalet, a Nogueras Blanchard, donde Alfredo Rodríguez (ft. Juliana Cerqueira Leite) presentan el primer capítulo, «Love», del ciclo «The Swamp of Forever»comisariado por Carlos Fernández-Pello. En este ciclo el tiempo se desdobla en cuatro aspectos, el primero el amor, seguido de la coincidencia, el estándar y el origen. Siempre he pensado que el amor y la coincidencia van un poco de la mano. Aquí el tiempo y la memoria se condensan en un cuerpo que es como un pantano, un cuerpo con la historia de un ecosistema en proceso. Un cuerpo utópico, o más bien un topos despiadado. Las fotografías de Alfredo Rodríguez hacen del cuerpo una presencia equívoca, una carne expandida, donde sólo el amor, como un espejo, vuelve a situar en el aquí la corporeidad.

De repente entra en la galería el cabezudo itinerante de Erick Beltrán, el cual forma parte del programa «Composiciones» comisariado por Juan Canela dentro del Gallery Weekend. En este personaje se recuperan las figuras de «cabeza» y «nadie» que se representan como la cabeza bicéfala del Janus romano. Mientras pasea por el espacio reparte un periódico que recoge un ensayo visual sobre la especulación de la ciudad y cómo esta afecta y redefine el territorio, los objetos y los ciudadanos. Se me acerca y me da un diario, y se me queda mirando un buen rato, esperando que le diga algo, como si nos conociéramos.

De camino a casa pienso en pasar a visitar la nueva galería Alalimón, está la exposición de Rocío Verdejo «Alegoría a la memoria». Todo el recorrido está teniendo cierto toque melancólico, como si tuviera que pensar en un cuerpo olvidado o tuviera que recordar algo. El espacio está escenificado con una instalación floral, una proyección y unas fotografías que evocan una figura etérea, hay cierta sensación onírica que nubla la atmósfera.

Cuando subo las escaleras para mirar los libros de artista que tienen en la entrada de la galería, vuelvo a encontrarme al cabezudo. Pero esta vez la cabeza bicéfala estaba entre las manos mientras el performer se preparaba para entrar. Y nos reconocimos cuando coincidimos en la mirada. Sí que nos conocíamos sí. Nos presentó un algoritmo hacía tiempo. Nunca se me han dado bien las matemáticas.

Texto de Margot Cuevas para GRAF. Margot es investigadora y comisaria.