Estructuras de soporte para criaturas vulnerables

Lugar: ACVIC. Centre d'Arts Contemporànies
Sant Francesc, 1
08500 Vic
Precio: Actividad gratuita
Exposición

Izaskun Araluzea, Neus Frigola, Marina G. Guerreiro, Ariadna Guiteras, Mercedes Pimiento, Mònica Plane, Marc Vives.

A cargo de Caterina Almirall Rotés.

Inauguración, sábado 17 de febrero a las 12.30 h.
En ACVIC Centre d’Arts Contemporànies (Sant Francesc, 1 Vic)

Esta exposición hace suyas las premisas con las que comenzamos este camino y lo hace a través de los lenguajes propios de las prácticas artísticas contemporáneas. Entendiendo las prácticas artísticas como un organismo vivo que tiene el potencial de transformarse y de transformarnos, y del que, por lo tanto, es necesario cuidar. La noción de cuidado radical es una idea a partir de la cual estructuramos la programación y las dinámicas de trabajo en esta nueva etapa.

Entendemos los cuidados, no como recurso discursivo, sino como una práctica: poner la vida en el centro y, a la vez, descentralizar, multiplicar los centros, radicalizar. Lejos de ser un planteamiento teórico quiere ser una oportunidad para la experiencia relacional, una práctica que atraviesa todas las que vendrán: la de cuidar de las estructuras que nos sustentan.

Como órganos de este organismo vivo que es el centro de arte, la exposición y las obras que reúne se presentan como una oportunidad para estar juntas en un paradigma posthumano. Explorando así la materialidad como un espacio de descubrimiento, de fricción y de celebración. La exposición como un contenedor, que nos contiene.

La escritora Úrsula K. Le Guin en The carrier bag theory of fiction propone un relato antiheroico que imagina otro origen de la humanidad, en el cual el primer dispositivo cultural -la primera herramienta o tecnología- que nuestros antepasados habrían creado sería un recipiente, una bolsa, un contenedor, apto para transportar cosas. Esa bolsa, saco, zurrón, hato … sería la primera y más esencial de las herramientas que explicarían el origen y la supervivencia de la humanidad y conformaría, primero, la necesidad de guardar y, después, de compartir lo que se ha dejado, lo cual, en definitiva, generaría una nueva vida en común a su alrededor.

Un texto, una performance, una clase o una exposición, entendidos como ese saco o esa bolsa que sostiene conceptos, ideas y personas juntas. Son todas ellas actividades en las que necesitamos el trabajo de las demás para que tengan un sentido, nos muestran nuestros límites y nuestra vulnerabilidad. Nos ayudan a entender que nuestras capacidades individuales son limitadas, que siempre nos necesitamos. Y nos proponen trabajar desde una voz múltiple, aceptar que no existe una voz propia, sino un diálogo, una conversación. Porque una vez colocamos «la vida en el centro» esas divisiones se diluyen y se abren espacios intersticios donde construir estructuras de soporte para esas criaturas vulnerables y necesitadas de afecto que somos.

Estructures de suport per a criatures vulnerables