Joan Brossa (1919-1998) empezó a escribir en el Front de Catalunya mientras luchaba con el Ejército Popular durante la Guerra Civil Española. Más tarde, ya en Barcelona y en el contexto gris y crudo de los primeros años de la posguerra, durante los cuales la represión franquista se encarnizó brutalmente contra los perdedores, encontró en el arte y en la literatura un punto de fuga hacia la libertad. La exposición que presentamos parte de los inicios de los años cuarenta, en que el joven Brossa, recién llegado del frente militar, entra en contacto con la vanguardia cultural catalana y, de la mano de Joan Miró y J. V. Foix, empieza a explorar los códigos literarios y plásticos. En estos años, Brossa fundamenta también su universo creativo de una estética surrealista con la creación de la revista Dau al Set, acompañado por Joan Ponç, Arnau Puig, Modest Cuixart, Antoni Tàpies y Joan Josep Tharrats.
Dejando atrás estos primeros años, a lo largo de toda su vida, la necesidad constante de poner el arte y la literatura al servicio de la comunicación, lo llevó a investigar y experimentar con los códigos tradicionales que consideraba caducos, limitados y limitantes. A pesar de considerarse «siempre un poeta», Brossa trabajó la prosa, la poesía, el teatro y el guión cinematográfico. Aunque por su capacidad de síntesis y de adaptarse a los nuevos códigos, consideraba el teatro y la poesía como los verdaderos géneros de la vanguardia entre los que no debía haber límites, y son muestra de ello las acciones poéticas cercanas a la performance que realizó en los años noventa. Finalmente, la exposición quiere mostrar cómo, desde un posicionamiento combativo y contestatario, a menudo con una ironía mordaz y con la contundencia del convencimiento, Joan Brossa hizo de la defensa de la libertad su estandarte de poeta y de hombre; y de la sorpresa, la imaginación y la profundidad íntima, su lenguaje creativo.
A cargo de Anna Llopis
