«Close Encounters» reúne una selección de nuevas obras de Martine Stig que exploran otras sensibilidades espectrales. Estos trabajos se adentran en ámbitos visuales que son invisibles a simple vista (humana), pero que pueden ser percibidos por máquinas y animales. La capacidad de la tecnología para reimaginar posibilidades permite desplazar lentamente las fronteras entre el ser humano y la naturaleza; nos anima a explorar nuestro entorno, del que formamos parte intrínseca, y ensancha nuestra concepción de la realidad.
Vivimos en un mundo post-óptico. La visión humana se ha desplazado como (única) fuente de producción de conocimiento para dejar espacio a lo no humano (animales, plantas, máquinas). A pesar de esto, nuestra visión del mundo todavía se basa en la información óptica (¡ver es creer!) y nuestra cultura visual se asienta en costumbres adquiridas que confirman el espectro humano como norma y celebran las cualidades indéxicas de la imagen.
