En la película Silent Movie (1976), un director de cine llama por teléfono a Marcel Marceau para pedirle que protagonice una película muda. El mundialmente famoso mimo coge el teléfono y grita “¡No!”. Treinta y cinco años después, César, el chimpancé protagonista de El origen del planeta de los simios (2011), repite el mismo efecto. Lo que hasta entonces era un animal mudo, de repente arranca la picana de las manos de su carcelero humano y grita: “¡No!”.
En la videoinstalación The Mime and the Ape (2023), un narrador vuelve una y otra vez a estas dos escenas tratándolas como dos narraciones del origen. Si una escena nos remonta a los orígenes del cine sonoro, la otra nos lleva hasta los orígenes del lenguaje humano. Con la ayuda de las dos escenas, el narrador teje un relato sinuoso sobre la incapacidad del lenguaje para articular su propio origen.
