El trabajo de Erika Hock se encuentra en una intersección entre el arte, la arquitectura y el diseño. La artista subvierte lo que esperamos de los espacios, rompe lo predecible y a la vez nos permite jugar con los objetos.
Mientras el espectador se pasea por el espacio, puede decidir si interactuar o no con los objetos, e incluso dudar de si eso es algo permitido.
La atmósfera de “Unfit” desprende también cierto aire nostálgico, con ecos del grupo Memphis. El fundador de este grupo italiano de diseño, Ettore Sottsass, explicó: “Cuando era joven, lo que oíamos era funcionalismo, funcionalismo, funcionalismo. No es suficiente. El diseño también debe ser sensual y emocionante”.
Este es el espíritu lúdico que encontramos aquí y que nos invita a desprendernos de nuestras ideas preconcebidas y a dejarnos llevar por el recorrido.
