Noviembre – Diciembre 2018
por Carolina Jiménez

De inestabilidades y cuerpos que se continúan

Existe una foto en la cuenta de Instagram de la artista Alba Mayol Curci a la que no he dejado de volver casi a diario durante las últimas semanas de noviembre. En ella apenas se pueden distinguir tres figuras humanas bañándose de noche en el mar. El pie de foto dice “sí a todo_fue amor”. SÍ a todo, siempre SÍ fue un taller de Marc Vives para Hangar en colaboración con el proyecto Aquí cabe un teatro de Ignacio de Antonio y AH UM que tuvo lugar durante el 5 y el 11 de noviembre en distintos lugares de Barcelona. Un espacio instituido para pensar y propiciar las condiciones para“estar juntes” donde fuera posible preguntarse críticamente ¿qué se puede enseñar? ¿Qué, cómo y para qué queremos aprender? ¿Por qué exponernos a lo que no sabemos? ¿Por qué queremos estar juntes? Y en último término, ¿se puede hacer desde el arte? Aquella semana, entre muchas otras cosas, estructuramos un horario, negociamos disponibilidades, buscamos momentos comunes, comimos juntes o no, bebimos juntes o no, nos cortamos el pelo o no, nos hicimos tatuajes o no. Estuvimos juntes o no.

La imagen nocturna de la playa corresponde a una de las actividades que se desarrolló durante el taller. Aquel día, las personas que quisieron o pudieron acudieron a bañarse a la Barceloneta. Yo no estaba entre ellas. De este modo, la foto del Instagram de Alba (me) revela que sí, que se puede sentir nostalgia de un momento no vivido, pero sí compartido. Una nostalgia en clave afirmativa que surgiría de la superación de nuestros cuerpos separados. Porque, ¿y si nuestros cuerpos no están ni juntos ni separados sino que se sitúan en otra lógica relacional? Durante aquel no-taller del sí nuestros cuerpos se continuaron. Nuestros cuerpos-en-relación más allá de la dualidad unión/separación. Donde yo no estuve, estuvo otra persona. Lo que yo no supe, lo supo otra persona. Lo que yo no cociné, lo cocinó otra persona. La foto que yo no hice, la tomó otra persona… La finitud de nuestros cuerpos como condición no de la separación sino de la continuación fue la base para un “estar juntes”, basado en la intra-acción de nuestros cuerpos singulares y sus voces diferentes, presentes o no.

Siguiendo con las propuestas afirmativas, días más tarde asistí a la conferencia que Rosi Braidotti impartía en el CCCB en torno a su estudio sobre la constelación de la posthumanidad y su materialismo “de la carne”. Durante su charla convocó dos nociones que desde entonces no han dejado de resonar en mi cabeza: la de creatividad epistemológica y la de metaestabilidad. El de metaestabilidad es un concepto que se incluye en el Posthuman Glossary del que la propia Braidotti  –junto con Maria Hlavajova– es editora, que recupera la idea de falso equilibrio de Gilbert Simondon. Este término designa una situación que lejos de ser estable o fija, tiende a la entropía. Braidotti apeló a estas situaciones, encuentros compartidos bajo la acción de perturbaciones externas que evolucionan hacia un estado de equilibrio fuertemente estable frente al acelaracionalismo epistemológico y las nuevas formas de producción para la producción que emanan del capitalismo cognitivo. Entonces vuelvo atrás y pienso en el no-taller del sí, que como escribía Alba, fue amor, y quizá también una oportunidad tan humilde como radical de pensar lo posible desde la incertidumbre de lo posible. Una situación, un impasse marcado por la inquietud como forma de organización no estable que desplaza y dilata los límites de lo vivible, a pesar de los dictados del sistema en el que habitamos. ¿Cómo es posible dar consistencia y sostenibilidad a estas prácticas de reconfiguración continua de los límites?

Estado de Malestar (malestar_exhuberancia_anomalía) de María Ruido es un documental que indaga en otra de las aporías del capitalismo tardío; la patologización y privatización de padecimientos mentales como el estrés, la depresión y los desórdenes de atención, con el fin de  dejarlos fuera de cualquier esbozo sistémico de fundamentación social. A partir de textos de Mark Fisher, Franco ‘Bifo’ Berardi y Santiago López Petit, así como de algunas conversaciones con psiquiatras y personas afectadas o diagnosticadas, especialmente con el colectivo de activistas InsPiradas de Madrid, Estado de Malestar se propone como un ensayo audiovisual sobre la sintomatología social y el sufrimiento psíquico, y sobre qué lugares y acciones de resistencia podemos construir para combatirlo. La película se estrenó en el contexto de LOOP Festival y puede verse hasta el 13 de enero de 2019 en el Espacio Balcón de Arts Santa Mònica.

También bajo el paraguas de LOOP Festival se inauguraba Men in trouble de Antje Ehmann & Harun Farocki en la galería àngels barcelona. La muestra se plantea como una revisión de la crisis de masculinidad (en la historia del cine) y el machismo (de Hollywood). En la instalación de seis canales que se encuentra en la sala de entrada de la galería, Ehman & Farocki dirigen su mirada hacia los suicidios de los protagonistas masculinos de hasta treinta y ocho películas. El dispositivo funciona como un videojuego. Fundidos en rojo y negro a modo de “game over” dan paso a la siguiente pantalla. Completan la propuesta: “Dubbing”, con la escena en bucle, doblada en tres idiomas, del mítico soliloquio de Robert De Niro frente al espejo, y “The Double Face of Peter Lorre”, un documental rodado por Farocki y Felix Hofman en los ochenta que reconstruye los altibajos de la carrera de Lorre. Hasta el 11 de enero de 2019.

Este mes se presentaba por primera vez en Barcelona Anarchivo sida de Equipo re (Aimar Arriola, Nancy Garín y Linda Valdés), un proyecto de investigación de largo recorrido que tiene como objetivo explorar la dimensión cultural, social y política de la llamada “crisis de sida” en el Estado español y Latinoamérica. Un archivo crítico o anarchivo de materiales que aborda el VIH/sida no solo desde el punto de vista médico, sino como un cambio de paradigma visual, afectivo y económico en cohabitación con el apuntalamiento de las políticas neoliberales y de los procesos de globalización. Pese a su estatus de acontecimiento total, Anarchivo sida toma en consideración los factores diferenciales que definen cada uno de los escenarios en los que apareció el sida. Así, atendiendo al contexto barcelonés, esta exposición que se centra en los años noventa, tiene dos líneas argumentales: las maneras de hacer “esfera pública” y la farmacologización de la vida. Además, a los largo los meses en lo que que estará activa(da) la exposición, se desarrollarán tres casos de estudios: la acción del colectivo Act Up Barcelona (hasta el 14 de enero de 2019), la realización del mural de Keith Haring Todos juntos podemos parar el sida (del 15 enero al 4 marzo de 2019) y el encuentro del sida con la heroína (del 5 de enero al 18 de abril de 2019). Anarchivo sida puede visitarse en la plata baja del Centre d’Estudis i Documentació del MACBA hasta el 18 de abril de 2019.

En noviembre también hemos conocido a Verni; una monstrua viscosa, turbia, oscura y tóxica, que se nutre de los restos de aceite de motor de barco que han llegado hasta la costa y se han depositado en las rocas. Verni también es transparente, delicada, limpia y adquiere formas sinuosas y sensuales gracias a las propiedades dúctiles de su otro elemento principal, el vidrio. Verni no es una, sino muchas. Constituye un ecosistema, un territorio, un organismo que persigue la reconfiguración radical de los ensamblajes de las fuerzas humanas y no-humanas. La monstrua Verni ha dejado atrás el capitalismo de combustibles fósiles porque ha sabido girar a tiempo y evitar la catástrofe, o quizá no lo hizo y es posterior a ella. Verni forma una comunidad del compost* que ha sabido comprender cómo heredar las múltiples dimensiones del vivir y del morir, permeando cada lugar y cada corredor ecológico.

Verni es el ensayo conceptual y escultórico que Lara Fluxà ha presentado en el Espai13 de la Fundació Joan Miró dentro del ciclo “Un monstruo que dice la verdad”, comisariado Pilar Cruz para la temporada 2018-2019. La propuesta cuestiona las formas establecidas de concebir la materia, en un intento de trazar un salto de una ontología de la diferencia a un momento de composición** que tiende hacia la imprevisibilidad, lo temporal y lo múltiple. Verni reflexiona sobre los nuevos estados dinámicos de la materia, incrustados en situaciones inestables de no equilibrio, como forma de resistencia frente los imaginarios de la catástrofe. Puede visitarse hasta el 6 de enero de 2019.

* “Comunidad del compost” es una idea que le tomo prestada a Donna Haraway. Aparece en The Camille Story, Children of Compost, una fábula inter-especie sobre un posible mundo habitable por todes, agentes humanos y no-humanos.

** El de composición es un concepto que recupero de Isabelle Stengers. Según ella, los procesos de composición surgirían de un “nosotres” que solo puede surgir de las luchas situadas y que requiere que comenzamos a pensar y actuar no como sujetos autosuficientes sino a través de vínculos asimétricos con una otredad no necesariamente humana.

Texto de Carolina Jiménez para GRAF. Carolina es investigadora, comisaria independiente y periodista freelance.